Blog

El dolor de la soledad

Hay viajes que se clavan en el alma. Uno comienza su aventura, da el salto, pero a veces el tiempo y el silencio te van sumiendo en la soledad y la desgana. No siempre salen las cosas como uno imaginaba, no siempre se es tan independiente como creíamos. Algo en uno que se rebela sin control y te deja fuera de juego.

No hace falta estar a 5000 kilómetros para sentirte solo, para extrañar a tu familia o para volver a fantasear con una vida diferente. No es una cuestión de distancias o países, hay algo en ti que no pudo aceptar el cambio, algún cambio que no tiene fronteras, que está inscrito en tu propia historia de vida.

Cuántas veces fracasamos porque perdemos las fuerzas y el deseo de ganar, no tenemos para quién ganar, como aquél niño que dibujaba por el gusto de regalarle el dibujo a su mamá. ¿Tienes para quién vivir? ¿Por qué te sientes solo? ¿Quién se aparta de quién? Te olvidas de lo más importante, lo más importante eres tú, trabajar sobre ti, sobre lo que eres, sobre lo que puedes llegar a ser.

La vida no es mera supervivencia, la vida es amor, tener a quién amar, sentirse amado por otros, tener algo que dar a alguien, formar parte la energía que alimenta la vida. Cuando nos acercamos a nuestra vida inconsciente, cuando comenzamos a acercarnos a ese nuevo país donde reinan las palabras, el tiempo se transforma en el tiempo de las conversaciones, el tiempo de producir encuentros, el tiempo de una vida.

La felicidad

Puede que la felicidad sólo sea un expresivo gesto de satisfacción, una lucha a lo largo de la vida para nunca llegar a sentirse feliz del todo, acaso otros dichosos en su penuria, saben extraer algún jugo amable de su existencia. De todo hay, porque de lo que nos damos cuenta es de que no hay una única medida para la felicidad, ni métodos exclusivos para alcanzarla y, ni siquiera, todos la ambicionamos de la misma manera.

Esta sencilla enseñanza nos recuerda el daño que las exigencias morales ejercen sobre nosotros sin tener en cuenta las diferencias que nos separan y que también nos unen. El mayor error que podríamos cometer es obviarlo, querer ser siempre iguales, constantes en nuestra forma de renunciar. 

Si de algo se trata el goce, ese que tiene en cuenta el principio de realidad, es de que nunca se llega directamente, siempre media un trabajo, siempre aparece cierta resistencia del propio sujeto.Puede que la felicidad sólo sea un expresivo gesto de satisfacción, una lucha a lo largo de la vida para nunca llegar a sentirse feliz del todo, acaso otros dichosos en su penuria, saben extraer algún jugo amable de su existencia. 

De todo hay, porque de lo que nos damos cuenta es de que no hay una única medida para la felicidad, ni métodos exclusivos para alcanzarla y, ni siquiera, todos la ambicionamos de la misma manera.

La omnipotencia de las ideas

Las palabras sin la materialidad de la acción o la palabra escrita, no sólo se las lleva el viento, no producen efectos en nuestra vida.

Hay que hacer un trabajo sobre aquello que es nuestro pensamiento, no es suficiente con pensar, no es suficiente con hablar, lo hablado tiene sentido después de la interpretación psicoanalítica, después de la transformación del sujeto hablante con lo que habla.

No soy lo que digo, porque en lo que digo hay también aquello de lo que no sé, lo que está sin estar, lo que no se puede percibir. Nuestra vida está sobredeterminada inconscientemente, es decir, sólo podemos saber después.

Todo sujeto es eminentemente social, por tanto, no hay pensamiento en soledad.

El llanto


Cuando alguien llora no quiere decir que sufre por lo que está pasando. 

Todo llanto es un homenaje al pasado.

Tienes derecho a ser feliz.

Reserva tu sesión con tiempo. Te confirmaremos tu reserva vía email.

© 2016 Tratamiento de la depresión - Psicoanálisis Madrid - Psicólogo Madrid - Terapia Online - Curar la Depresión - Psicoanalista Helena Trujillo.
Creado con Webnode Cookies
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar